CÁNCER DE OVARIO CAUSA LA MUERTE A 7 MUJERES CADA DÍA EN MÉXICO
El cáncer de mama y el cáncer de cérvix ocupan los lugares número 1 y 2 en los cánceres ginecológicos de la mujer. El cáncer de ovario es menos frecuente, pero es mucho más letal que estos. Presentando un mayor índice de mortalidad que los otros dos tipos de cáncer. Es vital la detección de esta enfermedad en etapas tempranas, cada día se diagnostica 7 casos de cáncer de ovario en México pero el riesgo aumenta 5% cuando hay historia familiar de cáncer de mama o de ovario; si en la familia existen hasta 2 personas con estos tipos de cánceres, el riesgo se eleva de un 35 a 45%, y hasta en un 25% cuando los casos están asociados a la mutación de genes.
Diagnóstico temprano del cáncer de ovario
La ausencia de síntomas o
confundirlos con otro tipo de padecimientos son dos de los mayores obstáculos para un diagnóstico oportuno del
cáncer de ovario. Además, la falta de atención especializada de un
profesional
es otro factor que puede costar tiempo, ya que muchas veces las
pacientes acuden con médicos que no conocen a fondo sus síntomas.
Si una mujer presenta síntomas digestivos o pélvicos 12 veces o más en un mes, debe realizarse un ultrasonido
transvaginal; particularmente si pertenece al
grupo de edad más vulnerable: de los 45 a 60 años. Así se pueden llegar a
diagnosticar algunos casos de cáncer de ovario en etapa menos avanzada.
Para
ello, es vital conocer las señales o síntomas del cáncer de ovario,
tales como dolor abdominal difuso (tipo cólico) de leve a moderado,
distención abdominal, estreñimiento alternado con
diarrea y sensación de saciedad.
Estos
síntomas inespecíficos, se presentan cuando el cáncer de ovario, ha
evolucionado a etapas intemedias o avanzadas. Ya que el cáncer de ovario
en etapas tempranas es totalmente asintomático. Es por esto, que
la revisión ginecológica debe de incluir siempre la realización de un
ultrasonido pélvico transvaginal preferentemente, que será la única
manera de sospechar cáncer de ovario en etapas precoces.
Otras
señales son dolor pélvico, de leve a moderado, hacia los lados de la
pelvis y tenesmo rectal (sensación de tener que evacuar), que surgen a
partir de que la tumoración ovárica comprime al recto.
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